Somos el matrimonio de Julia (July) Herrero y Francisco Antonio Manganelli, habiendo ya celebrado el 58 aniversario de Bodas, con 3 hijas casadas y 11 nietos, por la gracia de Dios.
Guiados por el Espíritu Santo, en Marzo de 1974 sentimos el llamado de trabajar en la Iglesia Diocesana, saliendo a la búsqueda, encontrando al P. Eusebio, quien nos sugirió el MFC.
Así, ese mismo mes, nos incorporamos al Grupo Nuestra Sra. de la Anunciación, hoy integramos el grupo María Madre de la Divina Gracia.
A medida que transcurrían las reuniones, nos llevó a enamorarnos del grupo, del Movimiento, porque sentimos en esta viña del Señor, el llamado que nos hacía, las motivaciones se multiplicaban, cuando realizamos apostolado en la cárcel de mujeres, que funcionaba en el Buen Pastor, igualmente cuando con el grupo dimos los IPM, en la Parroquia María Auxiliadora, donde cada integrante tenía la responsabilidad de una charla.
Así comenzamos a trabajar, en el grupo y en el Movimiento, donde nos fuimos formando, en el conocimiento institucional, doctrinal como así también en lo espiritual. A medida que transcurrían los años, más nos involucrábamos, hasta que un día fuimos llamados a integrar CDD.
En el trienio 1986-1989, en la Presidencia de Mechita y Héctor Robles Terán, como responsables del Servicio de Encuentros Conyugales, continuando en igual cargo en el Trienio siguiente 1989-1992, Presidencia de Ana María y Eugenio Lobo.
En el Servicio de Encuentros Conyugales, pusimos en práctica “A Dios orando con el mazo dando”. Todo nuestro ser se volcó a tratar de resurgir el Servicio que se encontraba sin actividad desde hacía varios años. Fueron momentos difíciles, que nos podrían haber hecho renunciar, pero perseveramos en la búsqueda, hasta que, al fin, en el sepelio del P. Emilio Norry, se abrió la puerta a través del P. Martín Martín. quien nos entregó una publicación del Encuentro Conyugal.
Organizar el primer Encuentro fue difícil, encontrar el lugar, formar el equipo, difundirlo, es ahí donde vimos la mano de Dios, en la acción del Espíritu Santo, que fue allanando todo, para lanzar el Encuentro Conyugal Nº 101, en la Hostería de Taco Ralo, el 27 de Junio de 1987, con 13 matrimonios.
Fue el fuego del Espíritu que nos impulsó a participar durante 15 años, en 65 Encuentros Conyugales, como Animadores de los mismos.
El impulso que tomó el servicio, llevó al crecimiento del Movimiento, llegando a contar con 65 grupos activos al finalizar el año 1998.
A no dudar que fue obra del Espíritu Santo, como también del entusiasmo y motivación que nos envolvía, que transmitíamos al Movimiento y sus miembros.
Posteriormente en los trienios 1992-1995; 1995-1998; 2001-2004; 2014-2017, por voluntad de Dios y de los integrantes del Movimiento, asumimos el compromiso de Presidir el MFC Arquidiocesano.
Fueron años de intenso trabajo, con gran colaboración de los que, en cada trienio, nos acompañaron en la CDD, como así también de los distintos grupos, cuyos miembros a cada convocatoria que se realizaba, apoyaban, asumiendo compromisos sin retaceos.
Con entusiasmo, con alegría contagiosa, en el año 1993, lanzamos como iniciativa tres eventos para nuclear a la familia emefecista: El Locro de la Familia, La Cena Aniversario, Jornada por nuestros hijos, además de continuar con el Amical Gigante de cierre de actividades, que fueron acogidos con singular júbilo y participación. Tal es que en los primeros años la participación al locro, asistieron cada vez entre 600 y 800 personas y a la cena aniversario 250 personas
Del mismo modo se creó la Escuela de Dirigentes, ante la necesidad de entregar a los miembros de los grupos, una formación integral y permanente, como única forma de crecer, madurar y dar frutos en el Movimiento. Bajo el Lema “Conocer para Amar”, el 27 de Julio de 1993, la Escuela dio inicio a sus actividades. Es de destacar que la convocatoria a formarse fue bien recibida, concurriendo a la misma un promedio de 25 matrimonios por reunión, durante los primeros tres años.
Por obra y gracia de Dios, esta iniciativa de formación, fue manteniéndose en el tiempo, donde cada CDD la implementó según su visión de la misma.
El fervor, el amor a Dios que sentíamos nos invadía, era contagioso, lo que llevó al crecimiento de los Secretariados y Servicios, incorporando los Servicios de:
Jornadas para Novios, que fue el pilar donde se asentó el Secretariado de Novios.
Servicio de Jornadas
Secretariado de Jóvenes
Centro de Orientación Familiar – Teléfono de la Esperanza
Nuestro quehacer en el Movimiento, nos llevó aceptar ser elegidos Delegados Zonales del Noa, en los periodos 2005-2008 y 2008-2011, lo que nos permitió tener una visión amplia de la realidad del Movimiento a nivel país, creciendo en el conocimiento institucional.
Muchas son las anécdotas y situaciones que vivimos en los 50 años de permanencia en el Movimiento, donde hubo momentos gratos, felices, emotivos y otros no gratos, pero que de un modo u otro fueron los que nos llevaron a continuar, a sentir al MFC como nuestro segundo hogar, pero principalmente que todo lo que podíamos hacer, impulsados por el Espíritu Santo, era para la Gloria de Dios.
El sentido de pertenencia para con el Movimiento es una gracia especial, una caricia que recibimos de Dios, porque El nos ama sin medida, sin importar nuestra condición, fragilidad y limitaciones, que nos permite continuar colaborando en el Servicio de Orientación Familiar, ex COF.
Perseverar en el MFC, es cumplir con el pedido de nuestro querido fundador, el P. Pedro Richards, “No dejen que se apague la llama del Movimiento”. Sea este el compromiso emefecista que nos movilice, entusiasme, no solo a nosotros sino a todos los integrantes del MFC.
En estas pocas líneas, síntesis de nuestro vivir en el MFC, quisimos mostrar una semblanza del apostolado que realizamos, no para engordar nuestro ego, sino para entusiasmar a otros, que trabajar por el Reino, requiere tener un corazón dispuesto, abierto para que Jesús penetre en él, lo transforme, para escuchar su llamado a trabajar en su viña.