Emilce Cuda: “La Iglesia es una comunidad y si no está organizada nadie puede superarse ni salvarse”
Fuente: CELAM
Emilce Cuda, teóloga argentina y secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, ha compartido de manera telemática con los participantes del Encuentro de Comunidades organizadas de América Latinoamérica y el Caribe, organizado por el Consejo Episcopal Latinoamericano en su sede de Bogotá.
La doctora Cuda destacó la importancia de “vivir humanamente y desarrollarse en forma integral” por lo se debe tomar conciencia por “el bien común y la transformación de las situaciones que amenazan la vida”.
Como Iglesia “buscamos visibilizar donde hay sinodalidad”, porque “la Iglesia en sí misma desde el comienzo es una comunidad organizada en comunidades, si la comunidad no está organizada nadie puede superarse ni ‘salvarse’, por eso denunciamos el individualismo comunitario”.
Fraternidad social
Hizo un recuento evolutivo de la humanidad, “primero nos organizamos para sobrevivir, buscamos dignidad y ser sujetos de derechos civiles, financieros, ecológicos y, por último, nos convertimos en comunidades organizadas”.
Solo eso será posible “con prácticas concretas localizadas, lazos afectivos de fraternidad social, agrupaciones de distintos sectores y conciencia ciudadana”.
Es así que como desde esta perspectiva (y postura) “soñamos hacer de nuestros países una Red de comunidades organizadas, incluyendo lo diferente, creciendo unidos por el bien común, generando diálogos desde la realidades de sufrimiento social”.
Enseñanza magisterial
La Secretaria de la PCAL detalló que este ejercicio en red bebe del magisterio del Papa y las Conferencias generales del Episcopado latinoamericano, remitiendo a Puebla, que “nos recordó la opción por los pobres desde el ser agentes de transformación”.
De este modo, a lo largo de estos años “esta línea pastoral se ha ido purificando, e intentando superar las prácticas mesiánicas, el caudillismo y el paternalismo, acompañando a las comunidades organizadas, promoviendo su liderazgo”.
Tan sencillo como “ser protagonistas de su propia historia, desde la propuesta de Jesús, quien dedicó toda su vida a ayudarnos a descubrir la fuerza transformadora que nos habita”.
Por supuesto, el actual magisterio de Francisco “toda su enseñanza ha estado centrada en el grito de los pobres y de la tierra que ya no aguanta. Hay que repensar los actuales modelos de desarrollo como el capitalismo, el liberalismo y los sistemas democráticos”.
Echando mano de Fratelli tutti, ha recordado la fuerza transformadora del “amor social”, el cual es “capaz promover el derecho del bien común, haciendo de los pobres protagonistas de su propio destino”.
Mientras que la realidad “nos interpela”, Cuda apuntó que como Iglesia “tenemos muchas herramientas y experiencias, necesitamos dar el salto de visibilizar, reflexionar, organizar y fortalecer nuestra acción pastoral”.
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