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Caminos a la Santidad

La arquidiócesis de Tucumán, por regalo de Dios es escenario de la vida de varios santos, beatos y siervos de Dios.

Santa Mama Antula, Santa María Antonia de la Paz y Figueroa: Santiagueña (1730 – 1799) Nuestra primera santa argentina transitó con sus Ejercicios Espirituales los caminos tucumanos en la actual zona de San Pedro de Colalao y en la ciudad capital hacia 1772 en donde organizó sesenta tandas de ejercicios de entre 100 y 200 personas.

Fiel a su deseo de “Quisiera andar hasta donde Dios no fuese conocido”, por su acción queda restablecida la fiesta de San Ignacio y sostuvo la obra de los Ejercicios Espirituales en épocas en que la Compañía de Jesús había sido suprimida por el rey Carlos III.

San José Gabriel Brochero: Cordobés (1840- 1914) El primer santo argentino, el Cura Brochero estuvo en el ingenio La Trinidad predicando Ejercicios Espirituales en 1901. De esa estadía guardamos el modo en que explica el Bautismo: “Todos los oyentes estaban viendo una vaca negra -narró Brochero- y les dije que como esa vaca negra estaba con la señal y marca del ingenio llamado Trinidad, así estábamos marcados y señalados por Dios todos los cristianos. Pero que Dios no marcaba en las piernas, ni en la paleta, ni en las costillas, sino en el alma”.

Beata Catalina de María Rodríguez: Cordobesa (1823-1872) fundadora de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús con el carisma de Amor y Reparación a través de la educación, ejercicios espirituales, cuidado de menores en riesgo y misiones. para el procesos de Beatificación se necesita un milagro que Catalina realizó en Tucumán. La mujer que lo recibió, Sofía Valdez sufrió una muerte súbita y quedó en ese estado más de media hora. Su familia la encomendó a Catalina y a la semana estaba recuperada sin secuelas físicas. El milagro ocurrió el 22 de abril de 1997 y Sofía sobrevivió sin inconvenientes 24 años más.

Beato Fray Mamerto Esquiú: Catamarqueño (1826-1883) Fraile franciscano destacado por su espíritu misionero y amor a la Patria. Con mucha decisión difundió  defendió la Constitución de 1853. Estuvo varias veces en Tucumán y presidió la celebración de la Inauguración de la Iglesia Catedral el 20 de febrero de 1856. En su proceso de Beatificación el milagro necesario lo hizo en 2015 en Tucumán a una niña catamarqueña que había nacido prematura y contrajo a los pocos días de nacer la enfermedad conocida como osteomielitis. Los médicos pensaban que si llegaba a sobrevivir lo haría con graves secuelas. Pero su mamá no lo creyó. Y oró con fuerzas, pidiendo la intercesión de Fray Mamerto Esquiú para que su hija se salvara. En apenas una semana, la niña no sólo se recuperó completamente, sino que quedó sin rastro de haber padecido alguna enfermedad.

Venerable Mercedes Pacheco: Tucumana (1867 – 1943) Se dedicó desde su juventud a la oración y la ayuda a los pobres. A los 20 años colaboró en la epidemia de cólera. En 1890 fundó la Asociación para la Enseñanza de la Doctrina Cristiana. En agosto de 1895 erigió el ‘Hogar de la Sagrada Familia’ para niñas desamparadas en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Ese mismo año, junto con siete compañeras, inició una Asociación Laical con la finalidad de enseñar la doctrina cristiana, que luego sería las “misioneras Catequistas de Cristo Rey”. Fundó colegios, creó comedores para niños y talleres para la enseñanza técnica. El 24 de noviembre de 2000, Mercedes del Carmen Pacheco fue declarada Sierva de Dios por el Papa Juan Pablo II. Durante la década siguiente se ha iniciado el estudio de varios milagros atribuidos a Mercedes Pacheco, con vistas a su canonización.

Venerable Martín Martín: Español (1923 – 2011) perteneciente a la Hermandad  de Sacerdotes Operarios Diocesanos, en 1946 se ordenó sacerdote y desde allí vivió en Argentina siendo párroco de la Iglesia de Montserrat. Era conocido nacionalmente por su afición al ciclismo, la cual se negó a dejar incluso siendo octogenario, razón por la cual se le apodó localmente «El santo de la bicicleta». Fue también admirado por su caridad y bondad, acercándose a toxicómanos y personas en necesidad y sintecho cuando lo necesitaban. La causa para su beatificación se abrió el 5 de octubre de 2022.