La Fiesta de la Virgen que se celebra cada 24 de septiembre comienza varios días antes. El 15 de agosto la imagen es bajada de su camarín y se la coloca a un costado del altar mientras que la imagen peregrina sale a visitar las comunidades de la arquidiócesis. Como Madre se acerca a llevar cariño y a invitar a su propia fiesta.

La novena que se reza cada día en su Santuario es acompañada por otras manifestaciones de fe y también de caridad hacia el prójimo más necesitado.

El día 23 de septiembre a medio día, se realiza en la Basílica la solemne vestición de la Virgen de La Merced. A través de una breve ceremonia, en ese momento se le imponen a la figura religiosa los atributos que utilizará durante la fiesta del día 24. Entre ellos se destaca la banda y la faja de generala, el bastón de mando que le entregó el general Belgrano y la corona pontificia.

La Fiesta como tal comienza  a la medianoche con un homenaje por parte de las agrupaciones gauchas tradicionalistas con sus atuendos de gala, la entonación del himno nacional argentino y el repique de campanas. En la mañana del 24 se celebran Misas y a  las 12 se procederá al traslado de la imagen de nuestra Madre de la Merced hasta la Comunidad de las Hermanas Esclavas situada en la calle Alberdi al 500 debido a que en ese lugar se libró la Batalla de Tucumán. A partir de las 16.30, se realiza un acto cívico, militar y religioso en la plaza Belgrano (al lado de la mencionada comunidad) en conmemoración por los años transcurridos desde la Batalla de Tucumán. Al concluir la Virgen es llevada en procesión junto a sus devotos peregrinos por las calles Juan Bautista Alberdi y 24 de Septiembre, hasta acabar en la plaza Independencia.

La Fiesta concluye con la celebración de la Misa en la explanada de la Catedral. Allí todo el pueblo viva a la Virgen, le agradece, le pide, la celebra y es llevada a su santuario distante una cuadra para ocupar su lugar en el Camarín.

La fiesta de la Virgen de la Merced es una manifestación de la fe y el cariño del pueblo por su madre. Fiesta que desde 1687 atraviesa distintas generaciones hacia la misma Madre.